“Videa bien hermanito, videa bien”

A mucha gente le encanta o le encantaría que después
de muerto se hablen de ellos y los recuerden, bien o mal, da igual mientras
hablen. Los buenos directores de cine tienen ese poder, serán recordados en la
eternidad más remota por sus imágenes, guiones y escenas. Recordados por su
controversia hacia el público o por su decencia detrás de las cámaras, sea lo
que sea, bien o mal, recordados en el túnel paradigmático de la eternidad.
Con el paso de los años, la película fue considerada
un film de culto, una estrella fugaz sin límite de brillantez, con lo cual es
una estrella de brillo perpetuo, el metraje de una película que mejora como el
buen vino tras ser videado unas cuantas veces. El instante de saborear el buen
cine es el mismo placer que sale cuando saboreas el buen vino. Impresionante. Muchos
críticos y aficionados consideran ya a la película como una de las películas jamás
echas. Tu esfuerzo es reconocido Sr. Kubrick. Tras años vagando tu película por
el túnel de la paradigmática eternidad, el sudor y el esfuerzo es reconocido.
Gracias por tu cine, maestro. Gracias.

El mecanismo
complejo de nuestro cerebro necesita una buena llave para ser abierto y ser
conocido al mundo. Así nos recordaran por toda la eternidad. Pero no se altera
por mucho que busques como hacerlo. Es calmado según nuestro nivel de
serenidad. Como a mí me gusta. Puedes tomar dos clases de decisiones en la
vida, la correcta y la incorrecta. Puedes coger la decisión incorrecta y
arrepentirte toda tu vida de no haber cogido la correcta. Quizás la correcta no sea tu mejor opción. No me importa si me recuerdan por lo que algún día hice
bien o hice mal, recordadme sin más por lo que soy y un día no quise ser; por coger
la opción incorrecta.
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