“No voy a hacerte daño Wendy, solo voy a arrancarte
tu jodida cabeza”
El resplandor es un fenómeno. Es la capacidad que
tienen dos personas cuando son capaces de hablar de un tema entrelazándolo con
otro, la capacidad de hablar sin pausar los labios ni una sola vez. La sensación
de resplandecer con las palabras al sujeto y de abordar frases sin pausa, eso
es el resplandor. El resplandor de Kubrick es diferente, es una capsula perturbadora
en la mente de un sujeto. La locura, el ansia y una mente con un laberinto
intrincado en su cabeza.
Sin ir más lejos en la escena del laberinto, la
maqueta de este, tiene numeroso pasillos,
pero cuando Jack observa a su familia caminar, se ha vuelto mucho más lioso y agónico.
Es cuando sabemos que Danny y Wendy son potencialmente víctimas de la mente
perturbadora de Jack.
La novela, que la escribió un mesías de la palabra,
Stephen King, está basado directamente en su persona, en cierta manera es su biografía.
Sobre un escritor que sufre de insomnio y no contento con la escritura se
sumerge en el alcoholismo en el que King desgraciadamente también sumergido sufrió
una gran temporada. Las palabras se borran con el alcohol y nubla las ideas. No
fue buena idea.
Curiosamente, el final de esta misma escena, donde
dice: “Aquí esta Jack” fue repetida nada
más que 157 veces, se convertiría sin duda en una de las escenas más repetidas
de la historia del cine. No sé qué puede haber de complicado en esa frase. Si
sale sin querer, y con la cara de jodido loco de Jack tiene media escena echa. Quizás
sea aun peor la mente de un director que creyó en ayudar a la actriz protagonista insultándola y maltratándola psicológicamente durante el rodaje, lo que la
llevo a sentirse insegura y temerosa, tal cual la vemos en la película. Malos métodos
con un resultado insuperable.
Cuesta a veces mantener la cordura. Recorrer los
pasillos de tu mente, girando en cada apertura hacia un nuevo pasillo y este mismo,
te muestra más salidas diferentes, como en un laberinto. Y es que ¿Por qué la
mente, lleno de ideas y temores, no puede ser un recto pasillo? Decorado con nuestras
paredes y suelos, poner nuestros cuadros, láminas o esculturas al gusto. Subiendo
y bajando, caminando por nuestro corredor conocido. ¿A caso no podemos crearlo
desde cero? Si, por supuesto que si, pero entonces ya no sería un laberinto. La abrumadora tranquilidad y a la vez perturbadora belleza
de nuestro laberinto propio. El poder de buscar o decidir algo en tu pasillo
nos hace felices y nos encanta poder volver a buscar nuevas incógnitas, nuevos
retos. Nos hace falta la necesidad de
poseer nuestro tiempo hasta encontrarlo y dar con la respuesta exacta, siempre
que sea la correcta, a veces pasa, que te pierdes en tu propio laberinto, como
en un museo. Y es que hay mentes y mentes. Unos laberintos más complicados que
otros. Sea como sea el vuestro, lo importante es tener bien amueblado el
pasillo de arriba para enfrentarte, sin temor y con la aspiración de nuevos
retos, con el pasillo de aquí abajo.
la verdad que no e visto esta peli pero creo que la veré!!!!jejejejejeje
ResponderEliminarTe la recomiendo encarecidamente, peliculon
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