“Necesitara un barco más grande”.
Me levanto de la arena. Sudando. -Que calor. Toque
lo que toque y pise lo que pise, quema. Ardo. Sudo y ardo. Extraña
combinación.- Necesito un baño. Ando y me acerco a la orilla. El sol pega y en
la playa no hay nadie. Vacía la playa y vacío el cielo. Levanto la mano y me la
acerco a los ojos. El sol me quema la mirada. Me ciega. Intento observar. –Una
mancha. Se mueve rápido, de un lado a otro. Nervioso. Intranquilo – ¿Qué es? Sea lo que sea, tiene prisa. –Malo.
El temor a no saberlo hace que me recorra escalofríos. Es miedo. Se me estira
la piel. Huele el temor. Se acerca cada vez más deprisa. Llega a la orilla. Húmedo. Sin
casi fuerzas. Recobra el aliento –Hola, soy Steven, la toalla. Quieres darme
esa toalla de una vez. Mi cara de miedo, de temor, es un hilarante emoticono. No se que seria peor.
Y es que Spielberg llego a las taquillas como si de
un escualo se tratase, arrasando con todo el país. Recaudo más 471 mil dólares
con un presupuesto inicial de 12 mil con tiburón. Impresionante taquilla. Metiéndonos
el miedo entre cada centímetro de nuestra piel. Después del estreno de la película
la afluencia en las playas cayo a nivel mundial, la gente aseguraba ver
tiburones mientras nadaba. Lo que hace el cine. Me encanta el poder que tiene
de manipular las mentes. Ven “Tiburón” y la gente se caga. Ven “Viven” y se lo piensan
en coger un avión. Hombre, no me gustaría que me comiesen.
Esta sería una de las últimas películas donde se utilizó
un animal mecánico, reavivando el realismo, y es que los cientos de problemas mecánicos
que tubo desesperaron a la producción. Después de esto los incesantes efectos
especiales hechos por ordenador gobernaron en el imperio de Hollywood. Al tiburón
mecánico en cuestión le bautizo como Bruce, el mismo nombre que el abogado de
Spielberg. Cachondo el tío Spielberg, me encanta. Era notablemente más grande que
los tiburones verdaderos, se confundiría con un Megalodon, un tiburón extinto
joven.
Y es que imaginaos a vosotros que estáis viendo una película
con 13 años, vuestra, de toda vuestra vida, el impacto que esto haría en vosotros seria
brutal, a veces traumático. Eso, por suerte, aun no es posible, pero no
tentemos a la suerte. Tenemos el poder de imaginarlo, pero no de verlo. El
poder de la imaginación es mucho más grande, es un océano de ideas. Cada uno
tiene su proyección y su momento estelar, el gobernar un país o vivir de
ilusiones. Eso es más importante, en vez de ver, crear. Desde cero. Una
oportunidad única en nuestras vidas. Una oportunidad tan grande como nosotros
queramos que sea nuestras vidas. Tenéis que crear un océano. Yo estoy en ello.
De momento he quitado a todos los tiburones de mi océano.
sólo te ha faltado el:
ResponderEliminarchu chu chu chum chum chum ..... jajajaja
pero está genial¡¡¡
jajajajajaja chu chu chummm estoy de acuerdo! pirubirubiiiii!!!
ResponderEliminarjajajaajajajajaja
tremenda peli, sin duda alguna. Recuerdo que cuando la vi, estuve una temporada que si me metia al mar abria de par en par los ojos.. por si acaso.. XD